10 técnicas para mantenerte creativo
La creatividad está en todas partes, no necesariamente en la publicidad o en el arte. Está en el aire y es algo a lo que todo el mundo puede aspirar en mayor o menor medida. Lo importante es que seamos capaces de sacar provecho de ella en el momento en que la necesitamos y, sobre todo, atrevernos a usarla. Puede haber mil formas de sacar a relucir la creatividad y mantenerla bien engrasada, pero estas son algunos de los consejos que al menos a nosotros nos funcionan:
1. Juega con niños.
Con sus normas, a su ritmo y dejando que te hagan trampas. Improvisa dificultades si todo parece demasiado sencillo y permite que te cambien las reglas siempre que puedan. Los niños no limitan su imaginación cuando se les incentiva y se aprende mucho de ellos, especialmente cuando tienen menos de 6 años (y cuando tú tienes más de 7).
2. Haz preguntas.
Todo tiene un porqué. Si parece que no lo tiene, te equivocas: lo tiene. Procura averiguarlo, pero no te detengas en lo aparente, pregunta SIEMPRE. La curiosidad te permite descubrir planteamientos que desconoces. A veces algunas preguntas pueden parecer obvias, otras ridículas… Mejor, lo que importa es la respuesta. Y la siguiente pregunta.
3. Lleva siempre una libreta y un lápiz encima.
Hay mil momentos a lo largo de la semana en los que no hay nada importante que hacer y puedes pensar en otras cosas: mientras esperas al autobús, en la cola de la frutería, hablando por teléfono con tu madre, mientras tu pareja elige por ti… Siempre es un buen momento para apuntar ideas que vayan surgiendo. De esas ideas pueden salir soluciones muy valiosas.
4. Haz garabatos, escribe mecánicamente, saca fotos (tontas) con el móvil.
Si has hecho caso y tienes ya una libreta contigo, úsala. Si no, corre a comprarla. Mientras tengas un papel en blanco delante no te cortes: garabatea, escribe, dibuja, boceta, pinta. Si vas por la calle no esperamos que te pongas a pintarrajear las paredes o al chucho del vecino, pero puedes tomar fotos con el móvil de todo lo que te parezca pintoresco (sin miedo: Instagram aún es gratis). Libera tu mente, deja que lo que surja te posea. Y observa los resultados.
5. Rodéate de gente creativa, diferente o simplemente apasionada de algo.
Procura que sepa más que tú de alguna cosa (si eres capaz de soportarlo, claro): de cine, de música, de cómics, de cocina, de Star Trek, de arte o de programas de telebasura. Da igual, lo importante es que te abra puertas a cosas que no conozcas y que te contagie de curiosidad por algo nuevo. Intenta empatizar y compartir esa pasión.
6. Colabora con otros, acepta consejos y críticas.
Trabaja en grupo, para ti o los demás, y permite que otros te enriquezcan. Si es para ti, pide otros puntos de vista aunque creas que no los necesitas y agradécelos. Sí, lo sabemos, aceptar críticas es duro pero tendrás que reconocer que la mayoría de ellas suelen tener razón. Olvida los prejuicios propios y ajenos: lo importante es aprender, entender otros planteamientos y saber cómo lo ven los demás.
7. Inventa cuentos improvisados y adopta el papel de los personajes.
Todo el mundo se sabe los mismos cuentos. La mayoría de ellos son unos versiones de otros, pero aprender a hilar historias de cero es un entrenamiento brutal. En nuestro estudio recomiendan incluso juguetes para eso. Y tener hijos o sobrinos con quienes practicar, especialmente si puedes contarlos teatralizando y comprendiendo la perspectiva de cada personaje.
8. Duerme (tanto como puedas), come despacio y camina mucho.
Parece una tontería, pero la mente y el cuerpo se resienten y es bueno saber cuándo activarlos o darles descanso. A algunos nos funciona caminar mientras pensamos o cambiar de ritmo o de tarea, especialmente cuando hay un bloqueo. Incluso aunque no te quites el problema de la cabeza, mantener ciertas rutinas de descanso ayudan a fijar ciertas ideas o valorar con otra perspectiva las que ya has creado.
9. Viaja tanto como te sea posible.
Lo ideal es ir sin plano ni itinerario previo para perderte, eso te forzará a ser más inquieto. Pregunta por lugares que no aparezcan en las guías e inicia conversaciones, investiga el entorno, apunta detalles, observa a los lugareños y aprecia la gastronomía local. No hace falta que vayas muy lejos si no hay dinero: el barrio de al lado también puede ser un destino válido (y muchas veces no lo conocemos): lo importante es la actitud y tener ganas de aventura.
10. Confía en la intuición, haz lo que sientas.
Olvida las normas, las explicaciones, lo que podría suceder o las dificultades aparentes. Los resultados tienen que resultar obvias, pero las soluciones para llegar a ellos, no. Por desgracia, la creatividad surge sólo cuando no queda más remedio, cuando el camino de las normas preestablecidas no funciona o cuando hemos agotado lo que parece más claro. Pero para acelerar ese proceso hay que creer que realmente no necesitamos esas normas. La intuición es importante.